domingo, 22 de abril de 2007

Declaración de Principios del Dr. Oscar Elías Biscet

La Habana, 24 de noviembre de 2003
Mensaje al pueblo cubano y a la comunidad internacional:

Hace más de cuatro décadas que cientos de cubanos prefirieron alzar sus voces en nombre de millares de sus conciudadanos que desean, anhelan vivir en libertad. Cientos de ellos perdieron sus vidas en dicho empeño; cientos de ellos languidecen hoy injustamente en las mazmorras castristas por defender principios democráticos, plenos y justos, que conciernen a la libertad intrínseca del ser humano; otros han tenido que emigrar y vivir con el dolor del destierro.

El pueblo de Cuba merece vivir en libertad, no solo por su condición de ciudadanía, sino porque somos de la raza humana. El pueblo de Cuba tiene fe en Dios y en todos los hombres y mujeres que aún bajo la represión y el encarcelamiento a largas condenas, en condiciones infrahumanas, no han perdido su dignidad y el decoro en la lucha que conduce a la libertad y a la dignidad plena del hombre, como lo soñó José Martí.

Los cubanos estamos convencidos de que somos un solo pueblo, y al vislumbrarse un amanecer radiante que nos traerá a todos el bienestar, la felicidad y la tan soñada y bendita libertad, queremos dar a conocer nuestros principios democráticos con un solo propósito: con todos y para el bien de todos, para que todas aquellas personas, instituciones y pueblos que así lo deseen, puedan defenderlos pacífica y civilizadamente.

Este es nuestro propósito. Ratificamos que respetamos las diferentes tendencias democráticas que existen en la actualidad dentro de nuestro país, aunque no coincidamos en las vías para lograr la libertad plena del pueblo cubano.

Deseamos dar a conocer la presente Declaración de Principios de La Fundación Lawton de Derechos Humanos, la cual dejó pautada su Presidente, el Dr. Oscar Elías Biscet, quien se encuentra injustamente encarcelado y sancionado a 25 años de prisión en condiciones infrahumanas, por defender pacíficamente el derecho a la vida y a la libertad del pueblo cubano.

Con su aprobación, desde el corazón de las tinieblas, me ha concedido el privilegio de anunciar al pueblo y al mundo ésta Declaración, reafirmada y legada por él en los escasos días que vio el sol en noviembre de 2002.

Por negarse a renunciar a estos principios, el Dr. Biscet está siendo sometido a castigos psicológicos y físicos en un calabozo soterrado sin visitas familiares, y obligado a convivir con un recluso sancionado por asesinato y lesiones.

“La justicia engrandece a una nación, el pecado es la ruina de los pueblos”, Proverbios, 14, 34

Licenciada Elsa Morejón,
esposa del Dr. Oscar Elías Biscet,
miembro de la Junta Directiva de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
1. Exigimos la libertad incondicional del pueblo cubano, bajo un sistema de gobierno multipartidista electo democráticamente a todos sus niveles y con garantías del derecho de expresión para todos, incluyendo la desvinculación del gobierno de los medios de comunicación del país.
2. La derogación de la ilegítima constitución comunista de 1976 y el establecimiento de una Asamblea Constituyente soberana que elabore enmiendas a la constitución democrática de 1940, incluyendo la adhesión absoluta de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, y la abolición de la pena de muerte.
3. El establecimiento de un estado de derecho que garantice la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, sin distinción de razas, sexo, etnia, religión o creencia, poniéndose fin al sistema de opresión y “apartheid” establecido bajo el régimen comunista.
4. La disolución de todos los organismos de carácter político, propagandístico, represivo, creados por el régimen comunista desde enero de 1959, con un renovado énfasis sobre el desarrollo de las instituciones cívicas independientes que le den a la nueva sociedad democrática.
5. Amnistía incondicional e inmediata a todos los presos políticos.
6. Libre acceso a los cubanos y a sus hijos, radicados en el exterior a entrar y salir del país con los mismos derechos ciudadanos de los que residen en el.
7. El compromiso a costear un sistema de educación gratuita de primer orden, sin orientación política, así como un sistema básico de salud al alcance de los más necesitados.
8. El reconocimiento de la propiedad privada y la libre empresa como el principal pilar para fomentar el bienestar económico del país junto con la garantía plena a los trabajadores de organizar sindicatos independientes que promuevan sus mejores intereses colectivos.
9. La reestructuración de las fuerzas armadas y su estricta desvinculación de las actividades y responsabilidades políticas y económicas del país.
10. Una vez establecida la democracia, abogar por la eliminación del embargo comercial norteamericano y por la apertura a la asistencia económica desde el exterior, hasta que Cuba pueda establecer la base para su recuperación económica.
II DECLARACIÓN CONJUNTA

Los abajo firmantes, en nuestra condición de dirigentes pro democracia, residentes en Cuba, animados con el propósito de dejar expresa constancia de puntos esenciales en los que coincidimos plenamente, hemos decidido emitir y firmar la presente declaración:

1. Proclamamos que nuestro objetivo común es la libertad incondicional del pueblo cubano y el establecimiento de un estado de derecho que garantice la igualdad de todos ante la ley. De ese modo se pondrá fin al sistema de opresión de virtual “apartheid” contra los cubanos establecido bajo el régimen comunista.

2. Declaramos que la constitución vigente, ahora en su versión del 2002, es la piedra angular del sistema totalitario que aspiramos a reemplazar pacíficamente. En consecuencia, consideramos que un proceso de democratización real debe comenzar por un cambio sustancial de las normas constitucionales en vigor, y pensamos que ese cambio debe estar inspirado en los principios democráticos de La Carta Magna de 1940.

3. Estimamos que, al iniciarse el proceso de democratización, deben celebrarse elecciones libres. Para garantizar que éstas sean realmente pluralistas y competitivas, debe aceptarse que cualquier ciudadano mayor de edad que presente las firmas de 25 electores residentes en la demarcación correspondiente, pueda figurar como candidato. Los comicios deben ser democráticos en todos sus niveles y celebrarse bajo observación internacional, y todos los aspirantes deben tener acceso a los medios masivos de comunicación. Nuestra posición sobre esta cuestión es muy clara: estamos de acuerdo con unas elecciones que ofrezcan la posibilidad real de efectuar pacíficamente el cambio sustancial que Cuba necesita y no estaríamos de acuerdo con una hipotética farsa electoral que, por las condiciones en que se lleve a cabo, solo representarían un cambio cosmético del régimen totalitario.

4. Demandamos la amnistía inmediata de todos los presos políticos, sin exclusiones.

5. Convencidos de que LA PATRIA ES DE TODOS, reconocemos que la nación cubana es una sola y que todos sus integrantes, sin distinción de sexo, religión, ideas políticas, color o país de residencia, tienen derecho a participar en la solución del problema cubano, sin discriminación de clase alguna.

6. Respetamos las diferentes ideologías de todos los compatriotas que a su vez respetan las de quienes no piensan como ellos, y ratificamos nuestra disposición, demostrada repetidamente en la práctica, a realizar acciones conjuntas en contra del totalitarismo. No obstante, deseamos dejar constancia aquí de que no compartimos las ideas del socialismo que, en nuestra opinión, han resultado funestas para nuestra Patria.

III
7. Partimos de la base que los derechos humanos son inalienables. Por ende, reclamamos el reconocimiento y la aplicación inmediata incondicional en nuestra patria, de todos y cada uno de los treinta artículos de la Declaración Universal, sin limitación o trámite previo de ninguna especie. En este contexto, hacemos hincapié en los derechos a la vida, a la salida y entrada al país y a la propiedad, así como las libertades de opinión y de expresión, de reunión y de asociación, pero sin que esto implique una merma en los restantes derechos humanos reconocidos en dicha Declaración Universal.

8. Estamos convencidos de que la existencia del libre mercado constituye el medio idóneo para sacar a Cuba de la honda crisis económica en la que está sumida y garantizar su futura prosperidad. Por ello abogamos porque aquel sea implantado de manera plena sin limitaciones injustas. De igual modo, reclamamos garantías para que los trabajadores puedan organizar sindicatos independientes que promuevan sus legítimos intereses.

9. Pensamos que el futuro estado democrático cubano, sin prohibir otras opciones, debe garantizar la existencia de un sistema de salud y un sistema nacional de educación al alcance de todos. Al propio tiempo, consideramos que es imprescindible que se garantice la no utilización de esas actividades estatales como medio de propaganda partidista o adoctrinamiento político.

10. Estamos convencidos de que los tribunales, la fiscalía, las fuerzas armadas y, en general, todos los cuerpos encargados del mantenimiento del orden público, deben actuar al servicio del conjunto de la nación y guiándose por criterios técnicos y no partidistas.

11. Estimamos que en el marco de un proceso de verdadera democratización, deben normalizarse las relaciones de Cuba con el resto del mundo.

12. Declaramos que una vez iniciado el cambio democrático, abogaremos por el levantamiento del embargo comercial estadounidense y de las restricciones de los viajes a Cuba. Así como por el incremento sustancial de la asistencia económica que nuestro país necesita para salir más rápidamente de la actual crisis, e iniciar el proceso de recuperación.

La Habana, 24 de noviembre de 2003Félix Antonio Bonne CarcassésRené Gómez ManzanoLic. Elsa Morejón Hernández

(Declaraciones desde La Habana dadas el 24 de noviembre de 2003 por Radio Martí en el programa radial de Juana Isa. También presente en ese programa se encontraba Cary Roque, ex prisionera política, activista de M.A.R. Por Cuba y miembro de la Fundación Lawton, Dr. Angel Garrido y Paul Alcazar, ambos miembros del Comité Ejecutivo de la Fundación Lawton).