domingo, 22 de abril de 2007

Gandhi en la celda del Dr. Biscet

Tania Díaz Castro


LiberPress/Cubanet - LA HABANA, Cuba - Octubre (http://www.cubanet.org/) - Gandhi no acudió a la tradicional forma de lucha armada para guiar a su pueblo indio hacia la independencia. Lo liberó de la dominación británica sin disparar un tiro. Fue el creador de la guerra pacífica. Se le llama Mahatma, alma grande en sánscrito, por haber dedicado su vida a la libertad de su país.
En días pasados, al cumplirse el 137 aniversario de su nacimiento, ante su imagen en bronce, recibió un homenaje en 5ta Avenida y 24, en el residencial Miramar de La Habana, por iniciativa del gobierno socialista y la Embajada de la India.
En dicho acto, sin previo anuncio en los medios de prensa y mucho menos masivo, no estuvieron presentes los que representan las organizaciones de derechos humanos que luchan pacíficamente en Cuba por la libertad y la democracia y cuyo punto de partida es el pensamiento de Gandhi. Si hubieran acudido al acto, sus miembros hoy estarían en prisión, acusados de escándalo público.
A pesar de celebrarse en la calle, puede decirse que fue un acto a puerta cerrada. Solamente asistieron algunos diplomáticos indios y funcionarios políticos del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, organismo que dirige y controla el régimen socialista.
Cabría preguntarse si en vida, Mahatma Gandhi no hubiera preferido el humilde parque Buttari, situado en las calles Porvenir y Milagro del reparto Lawton en La Habana, donde en 1999 el médico Oscar Elías Biscet, fiel seguidor y admirador suyo, le rindió homenaje junto a numerosos activistas de la Fundación Lawton de Derechos Humanos.
Aquel sencillo pero valiente acto, fue interrumpido por policías políticos vestidos de civil, quienes repartieron golpes a todos los participantes, tal y como ocurrió en la India con las tropas inglesas. El doctor Biscet fue agredido, reaccionando de forma pacífica igual que el resto de sus compañeros.
A partir de esa fecha el doctor Biscet permanece en prisión, condenado a veinte años de encierro y torturas sicológicas. Su fiel esposa, Elsa Morejón Hernández, no ha cesado de luchar por su libertad ni un solo día.
Como ocurrió al líder indio, el doctor Biscet está preso por practicar el estilo de lucha de Gandhi en Cuba. Sin embargo, por ironías del régimen cubano, en el reparto Miramar, y rodeados de palacetes ocupados por la nomenclatura política -la nueva clase del país-, un grupúsculo de políticos se sumaron para homenajear a un hombre que nada tiene que ver con la esencia belicista del socialismo.Fue precisamente en esta pequeña isla donde a pesar de las bayonetas y el paredón de fusilamiento, ese humilde cubano hoy en el destierro, llamado Ricardo Bofill Pagés, fue capaz de fundar un movimiento pacífico en 1976 inspirado en la filosofía del Apóstol de la India. Hoy, ese movimiento ha crecido lo suficiente como para convertirse en el mejor homenaje que se le puede rendir al creador de una guerra cuyas armas sólo son las ideas libertarias.
A manos de un extremista hindú fue muerto Gandhi, el padre de la nación india, el 30 de enero de 1948. Hoy en Cuba su espíritu y pensamiento están más vivos que nunca, y hacen compañía en la celda del doctor Oscar Elías Biscet.